jueves, 13 de agosto de 2009

El pasado nos vuelve a pasar

Hace mucho tiempo, los muñecos de G.I. Joe se convirtieron en un suceso para los niños, pues se supone que Stanley Weston decidió crear a estos militares dotados de articulación en brazos y piernas, para competir con la famosa Barbie, y fueron lanzados al mercado en 1964.

El éxito de estos muñecos se extendió en los setenta y ochenta, porque no había infante que no anhelará tener uno de ellos. Muchos esperábamos la Navidad, el cumpleaños o el Día de Reyes para tener uno, porque tampoco eran baratos ni se ofertaban al dos por uno, y mucho menos la piratería tenía el mismo auge que tiene hoy.

La creación de estos juguetes estaba inspirada en la cinta de “The Story of G.I. Joe” que dirigió William Wellman en 1945, antes David Breger creó un cómic especial de G.I. Joe para los militares estadounidenses, durante la Segunda Guerra Mundial, y comenzó a editarse en junio de 1942.

Con el paso de los años, G.I. Joe fue un referente de aventuras, de acción y diversión, pues se trata de un comando de élite con sofisticadas armas y capaz de cumplir las misiones más difíciles. Ahora que recién vi la nueva versión cinematográfica de “G.I. Joe, el origen de la cobra” realmente puedo decir sin pudor que es la película más entretenida de este singular verano, marcado por la crisis económica mundial, la influenza y la violencia generalizada, pues aunque para mí fue un atentado a la nostalgia, tiene los elementos necesarios para pasarla bien, es decir acción, efectos especiales, humor, y sobre todo no pretende más que divertir y esto a estas alturas se agradece.

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