Sin duda, Silvia Pinal es la última gran estrella que ha dado el cine nacional, una diva dirían muchos, otros una leyenda, lo cierto es que la actriz, artífice del la mirada genial de Luis Buñel en un tríptico fílmico memorable como “Viridiana”, “Simón del desierto” y “El ángel exterminador”, es una artista de amplios vuelos que han sabido imponerse al tiempo y mantenerse vigente y en activo.
No es una actriz que vive de las glorias pasadas, es un mujer que se reinventa a diario, y sino sólo hay que ver la vitalidad y la energía que desborda Silvia Pinal sobre el escenario en la obra “Adorables enemigas” que el pasado viernes celebró sus 400 representaciones.
Pero no conforme con ello, ya se anunció que para el 2010, Silvia Pinal compartirá el escenario con su hija y nieta, Sylvia Pasquel y Stephanie Salas, abuela, hija y nieta, por primera vez, y eso será en el montaje de “Monólogos de la vagina”, una propuesta del productor Morris Gilbert.
Silvia Pinal es un ejemplo de disciplina y trabajo, que muchas actrices de hoy debían aprender, ya que lejos del rostro y cuerpos perfectos, lo que se impone y perdura es el talento.
