martes, 16 de febrero de 2010

Un musical de mucho peso


En el 2007 se estrenó en México la cinta “Hairspray” protagonizada por Zac Efron y Nikki Blonsky, un musical que logró la empatía del público, sobre todo por plantear la posibilidad de que una adolescente
obesa alcanzará su sueño de ser estrella de tv y lograr el amor del joven más asediado de su escuela.

Si bien esta cinta tiene sus orígenes en la película que John Waters en 1988 realizó para hablar de la discriminación racial, al ubicarla en los años 60 cuando se peleó por la integración a todos los niveles,
este filme dio paso a un exitoso musical que se impuso en Broadway y ha dado la vuelta al mundo, la cual sirvió de base para la cinta de Zac Efron.

Del cine al teatro y luego al cine, una fórmula que se aplica ahora con el montaje mexicano de “Hairsrpray” que decidió llevar a escena Miguel Ángel Valles con María de Sol, Patricio Castillo, José Joel y Alicia Machado como cabeza de reparto, el resultado: una obra ante todo divertida, que cumple con su cometido de ser un exhorto a no a la discriminación, racial, física o de cualquier otra índole.

Si bien no tiene la producción fastuosa a la que nos ha acostumbrado Ocesa en los últimos años, tampoco hay precisión técnica, actoral y las voces algunas son muy buenas y otras no tanto, la propuesta de Miguel Ángel Valles logra empatar bien con el público creando esa singular magia de conectar con la gente pese a los tropiezos.

Sobre sale el trabajo coreográfico, la traducción de las canciones, el juego vocal, y algunas actuaciones que se vuelven entrañables como la de Hiromi, la ex alumana de la Academia, o bien de las dos actrices que alternan el personaje de Tracy, figura central en la que recaen todo el peso de la obra.

Con algunos ajustes y con el correr de los días “Hairspray” en el Teatro Manolo Fábregas puede convertirse en un garbanzo de a libra en la historia teatral de Miguel Ángel Valles.

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